El avión representa uno de los mayores sueños del Hombre, si excluimos el famoso sueño en el que Liv Tyler te regala un bote de nata y te dice que lo uses y enton... bueno, uno de los mayores sueños. Además de esto, representa una maravilla de la ciencia y la tecnología (¿nunca se han preguntado cómo se consigue realmente que 10.000 toneladas de hierrajos vuelen como si nada?), ligeramente detrás de la PlayStation (en todas sus versiones). Vayamos por partes, y analicemos el proceso que llevó a lo que hoy conocemos como Avión.

5.000 ton. a Mach 2... ¿eso cómo se come?

Historia

Comienzos

 
Avión militar F-62.

Los comienzos siempre son difíciles, y esto no es una excepción. El primer visionario que intentó volar con medios técnicos (muchos lo habían intentando por el sencillo método de lanzarse al vacío, demostrando empíricamente que el hombre no fue evolucionado para volar) fue de Leonardo da Vinci que dibujó complicados diseños de máquinas volantes. Eran diseños muy currados que obviaban absolutamente todas las leyes de la física conocidas hoy en día (en aquél momento existían otras, pero también las ignoró). Los historiadores saben por sus escritos que construyó algunos y que las probó desde alturas importantes. Deducen ciertos estudios que, debido a que siguió diseñando y pintando después de pruebas claramente fallidas, tenía ayudantes (al menos uno por cada aparato que probaba...).

Después de adquirir fama como pintor, que daba más dinero que lo de las máquinas de volar, cerró el negocio, aunque nunca abandonó su pasión de escribir al revés, y de dibujar aparatos de finalidad aún incierta.

Primeros Éxitos

Allá por ciertos años más avanzados que los de Da Vinci, un par de hermanos que vivían en casa de los padres sin oficio ni beneficio, hicieron historia. Los hermanos Wrigth (del inglés medieval wrigth como su propio nombre indica) convencieron a su padre de que les comprase un coche. Éste hombre, acosado por las circunstancias y queriendo quitarse de encima a esos dos ceporros, les compró un coche que, en la época, era como un mierda-coche de estos que venden sin carné. Como estos chicos querían el coche para ligar, pues se pusieron a tunearlo (ver Tuning), aunque no se llamase así en la época. Como básicamente tenían retales y telillas de la tapicería de casa, y algunos maderos del cobertizo que hizo el tío Timmy el verano anterior, se montaron un invento así como muy raro, pero bastante currao. El caso es que cuando fueron a la reunión de canis y malotillos de su pueblo, y pusieron el cacharro a correr (a velocidad super-lenta) asombraron al personal al elevarse en el aire y empezar a volar. Ahí nació la aviación.

Como dato histórico, para aquellos frikipedistas que sean más curiosos, los hermanos Wrigth en cuestión, se hartaron a pillar con tías y más tías, habiendo cumplido su aspiración en la vida, así que no le dedicaron más tiempo a ese invento suyo (tal y como dicen las crónicas) pensando que no valía más que para camelarse chutis.

Aparecen los aviones de pasajeros, bombas y ametralladoras

Tipos más espabilaos se dedicaron a desarrollar este nuevo coche tuneado, y se les ocurrió empezar a usarlos para saltarse semáforos y cruces, después para no tener que rodear edificios, y así hasta que decidieron que era más interesante dedicarlos básicamente a su circulación aérea.

Ya la cosa fue evolucionando bastante más rápido, una vez asumida su diferencia fundamental respecto a un coche (algo que no era tan evidente en aquellos tiempos; para mayor información al respecto, dirigirse a Coche). Esta rápida evolución se produjo en la época de la revolución industrial, previa a la Primera Guerra Mundial. Entre las mejoras que se introdujeron, caben destacar: asientos para conductor y pasajero (en modelos homologados para dos personas); estructura y tela cobertora en la que pintar colores y banderitas (no olvidemos el pasado tuning del avión en sí); mandos "Arriba" y "Abajo"; posavasos; elevalunas manual y ESP; ametralladoras de diferente calibre (nunca se sabe quién puede aparecer por allí "arriba"...); demás cachivaches de control del aparato.

En la Primera Guerra Mundial se comenzó a utilizar como herramienta de observación del enemigo, pero debido al piloto Sir Soigmu Thorpe, de orígen inglés, descubrieron que podría tener más aplicaciones. En concreto, lo que ocurrió fue lo siguiente:

En 12 de Septiembre de 1914, se encontraba el piloto Thorpe sobrevolando territorio enemigo realizando sus observaciones de movimientos de tropas enemigas. El enemigo llevaba rato disparando hacia su avión con el fin de dificultarle la tarea, cuando, de repente, una bala de fusil disparada anormalmente fuerte (debía tener mucha pólvora o algo parecido; hay mucha controversia entre historiadores en este punto del asunto, ya que no se pudo rescatar la bala para su análisis) impactó en el aparato, con tan mala suerte, que reventó el tupper donde nuestro piloto llevaba caldo de pollo con fideos. El hecho es que se derramó por sus pantalones, provocando la ira del piloto, que lanzó hacia abajo el tupper con parte de la sopa aún dentro, y el agujero en la base, al grito de "¡Os arrepentireis de esto!". Lo sorprendente del asunto es que el tupper golpeó a un soldado prusiano en la cabeza, de manera que lo fulminó al instante. El amigo Thorpe relató este hecho ante su superior, ante la insistencia de éste de que le diese una explicación de la suciedad de su pantalón de vuelo (ya sabemos lo que gustan los ingleses de las formalidades, sea en la circunstancia que sea).

Los oficiales de inteligencia rápidamente se pusieron a realizar sus cálculos. Comenzaron dotando a todos los aviones de piedras de diferentes tipos: lisas para bombardear a soldados enemigos, y rugosas y puntiagudas para artillería, edificios y fábricas (calcularon un mayor poder de penetración de las piedras rugosas). Obviamente, la carrera armamentística para dotar a los aviones de mejor armamento, había comenzado.

Fueron años difíciles, ya que los pilotos tenían que aprender rápidamente el funcionamiento de las diversas nuevas armas, y las tropas debían estar preparadas para defenderse de éstas. La tecnología, como ocurre siempre en las guerras y en las fiestas de pueblo, avanzó que era una barbaridad: de las piedras, pasaron al huevo (la primera arma de racimo, ya que dañaba a aquél al que daba, y a los demás los dejaba hechos un cristo), del huevo a la sandía, etc. El problema fue la rápida hambruna que asoló ambos bandos. Así, hasta que a un ingeniero anónimo, llamado Anthony Jones, se le ocurrió subir al avión unas cuantas bombas. Como todos sabemos, gustó mucho su eficacia, así que se implantó su uso.

Tras esta guerra con mayúsculas (es decir, GUERRA), le siguió un periodo de paz y bonanza. En éste, el avión pasó a desempeñar diversas tareas: transporte de mercancías de forma más rápida, de pasajeros, estudios meteorológicos, y animal de compañía (¿¡Un avión?!- es mi scattergories y me lo llevo... etc). Se desarrolló el avión, ya no como un arma, sino como un útil de trabajo. Y es por eso, que cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, todos los países tenían aviones más modernos y con mejores armas, más preparados para la guerra que antes... porque sólo lo habían desarrollado como una herramienta, ¡no te jode! (NOTA: léase la frase anterior con ironía y sarcasmo).

Aquí ya la aviación lió la zapatiesta. Había una especie de mostrencos alados, que tenían más metros cuadrados habitables que mi humilde hogar, que se llamaban Fortalezas Volantes que básicamente tenían como misión principal llevar ayuda humanitaria para la población en forma de toneladas de explosivos que lanzaban, cual paloma de la paz, sobre zonas extensamente pobladas, de noche sin luna, a kilómetros de altura sobre objetivos con un tamaño de tan solo un par de metros, con el fin de minimizar víctimas civiles. Y la gente se pilló un mosqueo guapo con este asunto. Pero al final ganaron los buenos (si la historia la escriben los vencedores, siempre ganarán los buenos, digo yo) y ya está.

Consecuencias y Sinsecuencias del tema bélico este

Pues el caso es que todo este rollo de las guerras desembocó en que se desarrollaron muchos sistemas de vuelo, reconocimiento, orientación y tal para los aviones. Sirva de ejemplo el caso del radar, que servía para detectar a otros aviones y para ver si se pasaban de la velocidad que les habían dicho los jefes (aquí la Guardia Civil estuvo avispada y compro unos cuantos pa pillarnos a todos). También se desarrollaron sistemas de seguridad como el asiento ejectable, que tuvo escasa aplicación en los vuelos comerciales (por algún motivo aún no aclarado, al eyectarse los pasajeros en una emergencia, no solo no conseguían salir del avión, sino que morían instantáneamente); otro fue el chaleco hinchable, que en accidentes o derribos en el mar se mostró muy operativo, no así sobre tierra firme; no olvidemos también el botón Azafata, muy necesario en vuelos de larga duración.

Además, hacia el final de la II Guerra, se comenzaron a desarrollar aviones a propulsión para ir la hostia de rápido. Entonces, cuando se acabo ese tema de la guerra, comenzaron de nuevo a pulirse millones de petrodólares en desarrollar estas historias. La misión ahora consistía en ir más rápido que el sonido, con el fin de llegar a un sitio antes de que te oyesen llegar. También dicen que era por el tema de volar rápido y tardar poco en recorrer distancias, pero no hay datos que corroboren esta, por otro lado, absurda hipótesis.

Después de pulverizar muchos récords de velocidad (y a algún que otro piloto en el intento), se consiguió: por primera vez el hombre iba más rápido que el sonido.

 
"Hala Paco! Otro bujero en la capa de ozono...ya las liao

Al final resultaba que, utilidad, lo que se dice utilidad, no tenía. Pero sólo fue hasta que desarrollaron los sistemas de frenado. El problema hasta entonces era que siempre, con el frenado tradicional (diseñado para frenar velocidades del orden de 120 Km/h, para evitar problemas con la Guardia Civil) se pasaban el sitio al que querían ir, así que al final andaban siempre a la velocidad normal.

Por ello, se desarrollaron el aerofreno (del latín: "freno aéreo"), el servofreno (del griego: "freno que ayuda") y el parachute (del francés: "paracaídas pa' frenar el avión que va mangao'"). Así que con estos sistemas y un par de cables y cachivaches electrónicos, el invento resultó ser muy útil. De hecho, ahora podemos ir a San Fermines en un pis pas, y sobre todo, volver, con la resaca cabalgando nuestro cerebro, y evitar las 7 horas de autobús infernal.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los grupos ecologistas vienen haciendo un llamamiento en contra de este tipo de aviones supersónicos (suena a peli futurista de los 80, pero la palabra es así: supersónicos). Alegan que, desde que empezaron a romper la barrera del sonido a partir de cierta altura, porque más abajo nos romperían los tímpanos "y eso, señor mío, eso sí que no, faltaría más, hombre por Dios!", están desgarrando a jirones la capa de ozono, y alguna más que no me acuerdo el nombre. (Ver figura anexa de avión pillado in fraganti reventando dicha capa).

Lamentablemente, aún no se pueden fabricar aviones que no contengan CFC's en su estructura (este es el verdadero motivo del desgarro de la capa de ozono, y no el hecho de superar la velocidad del sonido, como creen algunos físicos mediocres), ya que el mismo diseño de la aerodinámica del avión EXIGE la presencia de estos componentes. Es un efecto cuántico macroscópico que no explicaremos aquí para no asustar a esos pobres seres inferiores que no saben siquiera realizar integrales... Pero de buen rollo y tal.

Por último, comentar otro importantísimo avance desarrollado en la II Guerra. Y no es otro que la almohadilla cervical. Según datos de los que disponemos, se invirtieron más de 100 millones de dólares en desarrollar su diseño perfecto y preciso, consiguiendo esa comodidad sin parangón ya sea en avión, en tren, autobús... parece increíble la ingente variedad de situaciones en que resulta útil. Jamás se ha desarrollado un invento tan versátil como este. Su desarrollo se inició con el fin de evitar tortícolis a los pilotos de los bombarderos que, en sus misiones, se tiraban horas en esas butacas asquerosas de los bombarderos. El problema surgía cuando no podían girar el cuello hacia uno de los lados, de forma que había blancos que no atacaban, sencillamente porque no los veían. El desarrollo de esta almohadilla fue vital en la consecución de una victoria aliada en la guerra.

¡Y LA LUNAAA...!

 
Fornicamiento avionil.

Pasado del presente del futuro (o sea presente)

Actualmente el avión ha tenido una gran participación en el comercio, terrorismo, turismo (que es casi lo mismo), transporte y milicia; son criadas en los hangares hasta que ya pueden volar y se inician el negocio (casi como un prostíbulo).

El avión también jugó un papel importante en la destrucción del hijo de Sauron del “Señor de los Tornillos” (ver foto) contra su voluntad (luego explico), cuando chocó con una de las torres que lo sostenía; murieron muchas personas, los terroristas heroicos que iban contra el régimen de Sauron II (quién engendró y crió a Bush), la tripulación, un PS3 y un Wii.

Los aviones siguen progresando haciéndose más veloces, resistentes y fáciles de pilotar, incluídos los modelos militares; mientras que los pendejos transbordadores siguen haciendo lo mismo una y otra vez (van con gente al espacio y en el peor de los casos vuelven sin ella).

Hoy en día se desarrollan nuevos mecanismos aerófilos como invisibilidad, campos de fuerza, elasticidad y súper resistencia (con el ADM de los 4 Fanáticos).

 
Te gustaría que se estrellase, ¿verdad?

Futuro

Se espera que para el 2100 ya hayan desarrollado inteligencia avanzada y traten de arrasar con los humanos y hacerse aliados de los robots y los efelantes, criando una raza avanzada de especies súper inteligentes que acabarán con la vida no artificial en la tierra (por supuesto que Bruce Lee ni Michael Jack-as-son se cuentan).

Pero falta mucho para eso y en todo caso contamos con nuestros queridos tanques y misiles anti-aire (enemigos naturales del avión).

Rivalidad y perjuicios

Como se ha mencionado antes, los aviones tienen cierta rivalidad con los terroristas, ya que aparte de ser mascotas muy fieles (tal vez más que los perros y los chinos), son patriotas, así que no dejarán que se les monten unos Kasajistanes y las toquen todas hasta hacerlas chocar con la primera cosa que tengan enfrente.

 
El Cagallón Volador.
 
Hippie psicodélico.

Los aviones también son afectados por desastres naturales (tornados, tormentas, Harry Petas) y las conversaciones telefónicas (son unas chismosas que escuchan todo) que las hacen perder el control.

Algunos países hasta crían sus propias especies militares para acabar con las de otros países. Está en duda si esto ayuda o perjudica, ya que los aviones se matan entre sí, chocan unas contra otras o se estrellan en tierra matando cientos de personas.

¿Sabías que...

  • ...aunque sólo se estrellan 2 aviones de los 30.000.000 que despegan cada año, la gente cree que los aviones son más peligrosos que los coches?
  • ...a veces hay serpientes en un avión?
  • ...estoy harto de las PUTAS serpientes en el PUTO avión?

Ver también