Cinco miran y uno trabaja

El cinco miran y uno trabaja™ es uno de las rasgos característicos españoles, que consiste en el aprovechamiento moderado de las horas de trabajo, en el que la supervisión es realizada por un número superior de empleados para facilitar así la localización de errores y la reparación de los mismos. Esta doctrina ibérica (ya que en Protugal también se realiza en la industria toallera) aumenta ostensiblemente el rendimiento de los trabajadores, contra lo que creen ingleses, gabachos y alemanes, ya que el sentirse observado multiplica la concentración del obrero.

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Instantánea de una obra vallisoletana en la que se puede apreciar esta doctrina

Como adaptación a los nuevos tiempos, en los que la bonanza económica gracias a los pantanos ha permitido a Aspaña dominar el mundo, el afortunado que se ve supervisado ha dejado de ser el típico macho español para convertirse en alguien de color, sudamericano o marroquí.

También se ha de comentar que la doctrina totalmente opuesta, se está extendiendo por la península a cargo de los chinos. Estos peculiares seres desgraciadamente no puede mirar (debido a su extraña anatomía facial), por lo que eliminan el cinco miran y, por lo tanto, el restante ha de trabajar por los seis (esto explica al refranero popular en: Trabajar como chinos).

Organigrama técnico de la doctrina

En esta doctrina requiere el enorme esfuerzo de los supervisores, que han de estar alerta a los posibles fallos del afortunado que trabaja, y requiere encontrar una solución en décimas de segundo. Es por ello que el trabajo de supervisor está mucho mejor remunerado, y por lo tanto los altos cargos de las compañías los ocupan estas personas (como se aprecia en la fotografía).

Por contra, el obrero que realiza la acción tiene la oportunidad de aprender de la experiencia de sus compañeros de forma gratuita, por lo cual se considera que no necesita un sueldo ya que la labor de aprendizaje lo compensa. No obstante, las empresas muestran su generosidad otorgándole al afortunado una pequeña paga suplementaria.

Descansos

Pieza básica de esta doctrina es la política de descansos para el obrero (los supervisores, pese a su superior esfuerzo, no descansan). Es fundamental que el obrero tenga cuatro "horas del bocata" a lo largo de la mañana, sumado a los dos "descansos por cansancio" y a los tres "parones por lluvia" (o "parones por amenaza de lluvia" en su defecto). Rasgo a destacar es que los supervisores mantienen su trabajo incluso mientras el obrero descansa, observando si su manera de comer el "bocata" es la correcta e incluso probando un mordisco cada uno para evitar posibles riesgos.

Adaptación de la doctrina al mundo laboral pañol

Esta doctrina se realiza en absolutamente todos los puestos laborales del país, aunque sea sólo la obra el ejemplo más propuesto debido a que es el que se ve por la calle. También la obra es el máximo exponente, ya que cuenta con una especie que respalda la doctrina: los miraobras. Consiste en jubilados, uniformados con boina y chaleco de cuadros (el color de éste depende del rango que tenga cada uno) que, espontáneamente, se unen a las obras colaborando en las tareas de supervisión. Un individuo de estas características puede motivar (aún más) al afortunado obrero colaborando con su dilatada experiencia y haciendo apreciaciones sobre "el mal colocamiento de la argamasa" o sobre la mala sujección del pico, adjuntando el inevitable truco de escupir las manos para mejorar el agarre.

Cuando los miraobras son más de uno (algo común, explicado por el "efecto imán en las personas de tercera edad"), se percibe un menor implicamiento de los mismos en corregir al obrero, ya que dedican su tiempo a los lamentos y críticas (Estos chavales ya no tienen ni puta idea).

Se puede distinguir un miraobras en la fotografía, etiquetado como Gerente de Proyecto. Esto se explica porque, en ocasiones, estos héroes de la calle puede llegar a pasar a formar parte de las propias plantillas de personal de la obra, produciéndose una simbiosis en la que la empresa es beneficiada al no pagar sueldo alguno y el sujeto encuentra cómo pasar las mañanas. [1]

Véase también

Notas

  1. Pasar las mañanas puede llegar a ser realmente difícil para estos seres vivos, debido a su costumbre de levantarse antes de las 4 AM a diario.